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Separa, disminuye y facilita

El beneficio que obtenemos cuando hacemos una correcta separación de los materiales que reciclamos van más allá de lo que imaginamos. Si observamos lo que sucede con la separación del vidrio y el PET podemos darnos una mejor idea de las enormes bondades para nuestro planeta. 

El PET (Tereftalato de polietileno) está hecho de petróleo y sus derivados. Es altamente resistente a la intemperie, incluso cuando se somete a bajas temperaturas. El vidrio, en cambio, está hecho de carbonatos de sodio y calcio además de arena, elementos que encontramos libremente en la naturaleza sin la necesidad de la extracción profunda. Sus residuos no son contaminantes y todos sabemos de su fragilidad.  

Debido a esta característica, la alta resistencia, el PET puede tardar siglos en degradarse y mientras lo hace, sus partículas son altamente contaminantes. Por esta razón es de vital importancia separarlo, compactarlo y depositarlo en los contenedores adecuados. Una botella de PET en el mar genera una contaminación constante durante muchísimo tiempo; reciclada es una oportunidad de vida para el planeta. El reaprovechamiento del PET requiere de un proceso industrial muy particular y podemos facilitarlo cuando no lo mezclamos con otros materiales. 

Asimismo, hay muchas formas de reutilización de este material, el PET, que va desde macetas, hasta caretas para protegernos del Covid 19. Todo depende de tu creatividad.  

El vidrio, aunque también tarda mucho en degradarse es totalmente reutilizable además de que no libera sustancias tóxicas. Su reciclaje, muy diferente al PET, es ilimitado así que siempre habrá la posibilidad de tener de vuelta un bello florero.  

Es fundamental la correcta separación para una pronta reutilización y un menor margen de contaminación. 

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